Esta semana ha estado llena de sorpresas lindas. De esas que llegan sin aviso, como un regalito del cielo. Se abrieron puertas que no esperaba, algunas que había imaginado más adelante y que, de repente, estaban tocando a mi puerta.
Y como suele pasar en los momentos de expansión, mi primer impulso fue decirle sí a todo.
Es fácil dejarse llevar por el entusiasmo, por la emoción de sentir que las cosas se están alineando.
Y también por esa vocecita mental que empieza a hablar rápido y a soltar frases como:
“¿Y si no vuelve a presentarse esta oportunidad?”
“La vida te está dando limones, ¿no vas a preparar la limonada?”
La propuesta estaba sobre la mesa, y aunque por fuera parecía perfecta, algo en mí no terminaba de sentirse tranquila.
Ahí fue cuando recordé que tengo herramientas. Que no necesito actuar desde la prisa. Que puedo respirar y preguntar con el corazón en vez de decidir con la cabeza.
Y eso fue lo que hice.
Fui por mis cartas, como siempre que estoy en medio de una decisión importante.
Tomé el oráculo Angels Answers de Radleigh Valentine y saqué una carta.
Me salió: “Sigue tu intuición.”
Lo sentí como un “no” disfrazado de susurro.
Pero como soy Virgo —y terca— saqué una carta adicional.
Esta vez fue más directa: “No.” Así, sin adornos ni interpretaciones.
Y como si eso no fuera suficiente, decidí ir a otro oráculo, de otro autor.
No quería convencerme del no, solo quería más claridad.
Y lo que pasó fue lo que solo el cielo puede orquestar con ese humor amoroso que lo caracteriza...
Las dos cartas que salieron fueron exactamente las mismas: “Sigue tu intuición” y “No.”
Me reí tanto en ese momento que no me quedó duda.
Le agradecí al cielo por enviarme una respuesta tan clara, porque sé que no siempre es así de evidente.
A veces interpretar las señales puede ser todo un arte… pero esta vez, fue un regalo directo.
Esa experiencia me dejó con dos mensajes que se sintieron como verdades del Alma:
La realidad es que como seres humanos amamos tener la razón.
Nos resulta más cómodo aceptar los “sí”, porque los asociamos con éxito, validación, movimiento.
Lo que no nos han enseñado es que un “no” del Universo no es rechazo, es redireccionamiento. Y cuando ese “no” viene del cielo, no es castigo, es cuidado.
Con la certeza y el respaldo de mis ángeles, negué la propuesta.
No desde el ego ni desde el miedo a perder, sino desde la claridad de que algo hacía falta.
Pero no me quedé solo en el “no”.
Propuse una alternativa. No más costosa, no más conveniente, sino más alineada.
Envié el mensaje y repetí con todo el corazón:
“Lo que es para mí, siempre me encontrará.”
Y así fue.
Decir “no” al inicio abrió espacio para sembrar una semilla más luminosa.
Una que hoy me llena de ilusión y que espero contarte pronto.
Después de todo, sí, me dieron limones.
Pero esta vez no hice limonada por obligación.
La preparé con azúcar del Alma. Y quedó deliciosa.
La moraleja fácil de esta historia sería decirte: “Sigue tu intuición.”
Y probablemente es la más real.
Pero también quiero invitarte a algo más profundo:
pide señales cuando sientas que tu voz interna se nubla.
Nuestros ángeles tienen mil formas de respondernos si nos abrimos a escucharlos.
En mi caso fue a través de las cartas.
En el tuyo tal vez sea una conversación, una frase, un sueño, un pensamiento que no puedes ignorar.
Y si te preguntas: “¿Qué habría pasado si hubiese dicho que sí a la primera?” La respuesta es sencilla: probablemente nada grave.
Nuestros ángeles respetan nuestro libre albedrío y nunca nos fuerzan a tomar un camino.
Nos acompañan, nos guían, nos abrazan —sea cual sea la decisión que tomemos.
Porque como te he dicho antes:
Nuestra Alma siempre encuentra la forma de llegar a su destino... incluso si hay desvíos, curvas o callejones sin salida.
Pero qué rico es cuando el viaje fluye.
Como las calles de Bogotá en Navidad, sin trancón.
Quién no preferiría avanzar con ligereza, en vez de estar atrapada dos horas en el mismo punto.
Elige tu ruta.
Confía en tu tiempo.
Y no olvides que…
Que el Universo te apoye no significa que te diga que sí. A veces, el mayor acto de Amor divino es un “no” que te lleva más lejos.
De mi Alma a la tuya,
Mamá del Cielo 👼🏻