
En los últimos años, mi relación con los ángeles se ha vuelto cada vez más cercana. Y si hago memoria, creo que todo se intensificó cuando tomé la decisión de inmigrar. Porque cuando dejas todo atrás —familia, amigos, carrera, certezas—, necesitas aferrarte a algo más grande que tú. Algo que te sostenga cuando el piso tiembla y no sabes qué viene después.
En mi caso, ese algo fue la espiritualidad.
Y si tuviera que ponerle una carta del tarot a ese proceso, sin duda sería El Loco (0): ese primer arcano que da un salto sin garantías, pero con el corazón abierto y la fe intacta.
🤍 Aquí y allá, alguien te sostiene
Poco antes de mudarme a Canadá participé en un retiro espiritual y hubo una carta que me salió una y otra vez: La Templanza (XIV).
“Aquí y allá, alguien te sostiene”, decía el mensaje que recibí con una certeza que solo el Alma reconoce.
Y yo lo creí. Sentí, desde lo más profundo, que no haría este viaje sola. Que esta nueva etapa de mi vida estaría acompañada por dos equipos:
🪽 Mi Equipo de Luz: ángeles, guías, seres espirituales que no se ven, pero se sienten.
🤍 Y mi Equipo en la Tierra: mi esposo, mi familia, los que me aman desde este plano.
Y así fue. Desde que pisé tierra canadiense, las señales empezaron a mostrarse como pequeñas luces en el camino. Algunas sutiles, otras evidentes, pero todas hablándome con el mismo idioma: el del amor.
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🌈 El día que todo cambió (aunque no lo entendí en ese momento)
Una de esas señales me llegó el día que fuimos a la primera ecografía de mi bebé Alma. Nos recogió un Uber, como en cualquier otra cita, pero no era cualquier Uber.
Era un carro verde esmeralda, mi color favorito.
(Haz una pausa y piensa en cuántos carros has visto de ese color. Probablemente ninguno… o tal vez muy pocos).
Ese fue el único que he visto aquí y fue justo ese día, el día en que no pudimos escuchar el corazón de mi bebé.
🕊️ Lo que mi Alma ya sabía
En ese momento no lo comprendí, pero semanas después todo hizo clic.
Ese carro no era solo un medio de transporte. Era un mensaje, una cobertura.
Fue el vehículo que mis ángeles eligieron para abrazarme sin palabras, mientras me transportaban hacia el lugar en el que recibiría la noticia más difícil de mi vida.
Y ahora que lo pienso, mi Alma lo sabía porque ese día fui con todos mis amuletos —mi blusa de ballenas, mi cadena del ángel de la guarda, mis aretes de margarita que representan a mi abuelita Blanca, mi anillo de ojo protector…
Me preparé como quien intuye que necesita estar protegida, aunque aún no sepa de qué.
Y en ese Uber, aunque lo manejaba un señor común, estoy convencida de que no íbamos solos. En la silla de atrás venía mi Equipo de Luz sosteniéndome en silencio, sabiendo lo que yo todavía no podía nombrar.
💚 Nada es casualidad, todo es contención
Hoy sé que el aura de mi bebé Alma es verde. Lo supe más tarde, en una canalización de ángeles. Y desde entonces entiendo que ese carro no era casualidad. Era confirmación.
Fue tanto lo que me marcó, que le tomé una foto ese mismo día para mi álbum de señales. Incluso, recuerdo que mi esposo me dijo:
“Mira, Ñaca. Este carro significa que todo va a estar bien.”
Y sí. Todo estuvo bien, solo que diferente.
La forma no fue la que esperábamos, pero el amor no faltó.
Y la presencia de nuestros ángeles… tampoco.
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✨ Ellos también habitan lo cotidiano
Te comparto esta historia porque sé que a veces buscamos señales espectaculares, pero los ángeles suelen moverse en lo simple, en lo cotidiano.
En un color.
Una palabra.
Un objeto que aparece sin explicación.
Un abrazo justo cuando lo necesitas.
Un Uber verde.
Sus formas son muchas, pero el mensaje es el mismo:
Estoy contigo. No estás sola.
Y así como ese día me sostuvieron con un carro, hoy me sostienen con personas, canciones, pensamientos que llegan sin buscarlos y me devuelven la fe.
Y estoy segura de que en tu vida también están actuando, hablándote, acompañándote. Solo hace falta abrir los ojos, el corazón y decir con el Alma:
“Aquí estoy. Estoy lista para recibirlos.”
Ellos se encargarán del resto.
De mi Alma a la tuya,
Mamá del Cielo 👼🏻
¿Estás lista para tu flore-ser espiritual?
Mafe Bohórquez
Mamá de Alma en el día a día, y Mamá del Cielo en redes sociales. Canalizadora de ángeles, lectora de oráculos y mensajera de señales. Creo profundamente en la guía amorosa de nuestros Equipos de Luz y en el poder de las palabras para acompañar procesos de sanación y crecimiento espiritual.